Las zapatillas de running son un elemento clave en el equipamiento de cualquier corredor, ya sea novato o experimentado. Son la herramienta que nos permite avanzar de manera cómoda y segura en cada entrenamiento, por lo que es importante elegir el modelo adecuado.
Escoger las zapatillas adecuadas es crucial para evitar lesiones y mejorar nuestro rendimiento. Si el calzado no se ajusta adecuadamente a nuestro pie o no se adapta a nuestro tipo de pisada, podemos sufrir molestias, ampollas, dolores de rodilla, tendinitis e incluso fracturas.
Además, el tipo de zapatilla que elijamos puede influir en nuestra eficacia en el entrenamiento y nuestra capacidad para alcanzar nuestros objetivos. Hay diferentes modelos que se adaptan a distintos tipos de terreno, distancias y objetivos, por lo que es fundamental escoger el modelo correcto para nosotros.
Para elegir las zapatillas adecuadas, debemos tener en cuenta algunos factores importantes. Uno de los más relevantes es el tipo de terreno donde vamos a correr. Si corremos en un entorno urbano, nuestras necesidades serán distintas que si lo hacemos en el campo o la montaña. Por ello, existen zapatillas específicas de trail running, que ofrecen mayor agarre y protección, y zapatillas para asfalto, que suelen ser más ligeras y transpirables.
Otro factor importante es el tipo de pisada. Según la forma en que apoyamos el pie al correr, se distinguen tres tipos de pisada: pronadora, supinadora y neutra. Es importante conocer cuál es nuestro tipo de pisada para elegir el modelo de zapatilla adecuado. Un especialista en tiendas de deporte o un fisioterapeuta pueden ayudarnos a determinar cuál es nuestra pisada.
También es fundamental elegir la talla adecuada y probar diferentes modelos para asegurarnos de que el calzado se adapta perfectamente a nuestro pie. Si el calzado no se ajusta correctamente, podemos sufrir molestias y lesiones a largo plazo.
En el mercado existen diferentes tipos de zapatillas de running, y cada una se adapta a distintas necesidades y objetivos. A continuación, vamos a profundizar en los principales modelos:
Son las más comunes y utilizadas por corredores principiantes y experimentados para entrenamientos y carreras en superficies duras como asfalto o pavimento. Su suela es más plana y acolchada para brindar mayor estabilidad y amortiguación. Estas zapatillas son ligeras y están diseñadas para que las sesiones de entrenamiento sean más cómodas.
Están diseñadas especialmente para correr en terrenos irregulares y fuera de la ciudad, como en caminos de tierra, piedra o bosques. Son robustas y tienen una suela ancha y dentada con una gran tracción para adaptarse a superficies difíciles y ofrecer una mayor protección ante objetos y terrenos resbaladizos. Además, su suela es flexible para adaptarse a las irregularidades del terreno.
Son las más ligeras y permiten sentir el terreno a través de la suela. No tienen protecciones adicionales por lo que el pie está expuesto a los impactos del terreno, por lo que no son ideales para corredores principiantes. Estas zapatillas están diseñadas para que el pie adquiera una técnica de carrera más natural y una mayor percepción del terreno.
Estas zapatillas están diseñadas para corredores que tienen una pronación excesiva. Su estructura incorpora una tecnología específica que ayuda a corregir la pronación del pie al correr y proporciona una buena amortiguación.
En definitiva, la elección de las zapatillas de running adecuadas reviste gran importancia en el rendimiento y la seguridad de los entrenamientos. Es fundamental tener en cuenta el tipo de terreno, el tipo de pisada y la comodidad del ajuste, por lo que es recomendable probar varios modelos antes de tomar una decisión final.
Además, es importante asegurarse de que las zapatillas estén en condiciones óptimas para correr y cambiarlas regularmente para evitar su desgaste y mantener su capacidad de protección y amortiguación.